Tendinopatía del supraespinoso: síntomas, tratamiento y cómo prevenir

Una guía completa de Clínicas H3 Serrano, Madrid

Nota rápida: la información es educativa y no sustituye una valoración individual. Si el dolor es intenso, nocturno persistente o hay pérdida de fuerza repentina, consulta con un profesional.

¿Qué es la tendinopatía del supraespinoso y por qué aparece?

La tendinopatía del supraespinoso es una alteración del tendón que ayuda a elevar el brazo (abducción) y forma parte del manguito rotador. Mucha gente la conoce como “tendinitis del supraespinoso”, aunque hoy se prefiere “tendinopatía” porque no siempre hay inflamación pura: puede haber tendinosis (cambios degenerativos), engrosamiento y dolor mecánico. A menudo convive con bursitis subacromial y con el famoso pinzamiento subacromial, ese roce doloroso al levantar el brazo por encima de la cabeza.

¿Por qué aparece? Normalmente por una desadaptación de la carga: de repente hacemos más de lo que el tendón está listo para tolerar. Ejemplos típicos: empezar gimnasio con press militar y dominadas sin progresar, pintar techos todo un fin de semana, o pasar muchas horas con el hombro adelantado frente al ordenador. Algunos factores individuales (postura mantenida, control escapular pobre, patrón de respiración torácica rígida) y externos (volumen/velocidad de entrenamiento, técnica) contribuyen.

En Clínicas H3 Serrano vemos con frecuencia un patrón: personas activas con trabajo de oficina que, al retomar deporte, notan dolor en la cara anterolateral del hombro que “salta” al levantar el brazo entre 60º y 120º (el arco doloroso). También es habitual que cuenten dolor nocturno al tumbarse sobre ese lado. Nuestro enfoque se centra en educación de carga y ejercicio terapéutico dosificado para ayudar al tejido a adaptarse y recuperar función.

En resumen: no es “tu hombro está mal”, sino “tu hombro necesita la dosis adecuada de estímulo y descanso”. Con una guía clara y constancia, la mayoría de los casos mejora sin intervenciones invasivas. Si hay banderas rojas (golpe fuerte, chasquido con pérdida de fuerza inmediata, fiebre, hormigueos progresivos), conviene derivar a estudio.

Síntomas típicos y señales de alarma

Los síntomas más comunes son:

  • Dolor al elevar el brazo (abducción) o al llevarlo hacia delante (flexión), especialmente en el “arco doloroso”.
  • Dolor nocturno, sobre todo al tumbarse sobre el hombro afectado o al girarse en la cama.
  • Debilidad subjetiva en tareas por encima de la cabeza (colocar maletas, estanterías).
  • Rigidez/‘enganche’ al inicio del movimiento que mejora al “calentar”.
  • Dolor referido hacia la parte lateral del brazo (no suele bajar del codo).

En nuestra consulta de Serrano 224, una frase que escuchamos a menudo es: “Lo que peor llevo es no poder dormir del lado doloroso”. Otra muy repetida: “Al coger un vaso de un estante alto, el hombro me pega un latigazo”. Estas pistas nos orientan a un patrón mecánico típico.

Señales de alarma que requieren valoración médica prioritaria:

  • Traumatismo reciente con dolor intenso y pérdida de fuerza súbita para elevar el brazo.
  • Incapacidad para mover el hombro tras un chasquido (posible rotura aguda del manguito).
  • Dolor en reposo con fiebre o malestar general.
  • Hormigueo constante, debilidad que progresa o dolor que irradia por debajo del codo con signos neurológicos.

También nos guía el tiempo de evolución: si después de un plan bien llevado de 6–8 semanas no hay avance, revaluamos el diagnóstico funcional y, si hace falta, coordinamos derivación. Nuestro trabajo aquí es aclarar qué puedes hacer hoy para aliviar y cómo progresar sin miedo.

Diagnóstico en clínica: exploración, test de hombro y cuándo pedir pruebas diagnósticas

El diagnóstico se basa ante todo en la historia clínica y la exploración física. En camilla valoramos movilidad activa y pasiva, patrón de dolor, fuerza en diferentes posiciones y el control de la escápula. Tests clínicos útiles:

  • Test de Jobe (o “supraspinatus test”): reproduce dolor/debilidad al resistir la elevación en el plano de la escápula (scaption).
  • Neer y Hawkins-Kennedy: orientan a irritación subacromial.
  • Rotación externa isométrica y levantamiento doloroso para graduar tolerancia de carga.

En nuestra experiencia diaria, lo esencial es mapear la tolerancia actual: ¿qué movimientos y cargas irritan?, ¿cuánto dura el “eco” de dolor?, ¿qué alivia? Con esa foto diseñamos un plan por fases.

Las pruebas de imagen (ecografía/RM) no siempre son necesarias. Valoramos ecografía si tras 4–6 semanas hay dudas o falta de progreso, y RM cuando buscamos descartar lesiones no visibles en eco o planificar derivación médica.

En H3 Serrano contamos con ecografía musculoesquelética en consulta. Nos permite visualizar el tendón del supraespinoso, valorar la bursa subacromial y detectar cambios compatibles con tendinopatía o calcificaciones. La usamos cuando aporta decisiones clínicas: dolor que no progresa, sospecha de rotura, dudas diagnósticas o para guiar procedimientos.

En H3 Serrano preferimos priorizar lo conservador de inicio: ajustar actividades, educar en posiciones (sin demonizarlas) y empezar con isométricos/movilidad tolerable. Si algo empeora de forma sostenida o el cuadro no progresa, explicamos claramente cuándo y por qué valorar pruebas y/o derivación. La transparencia con los pasos siguientes reduce ansiedad y mejora la adherencia.

 

Tratamiento paso a paso en fisioterapia (del dolor a la fuerza)

El tratamiento funciona mejor con un protocolo por fases, flexible según respuesta.

Fase 1 — Calmar el dolor (1–3 semanas)

  • Objetivo: bajar dolor e irritabilidad sin “parar en seco”.
  • Estrategias: reducir actividades por encima de la cabeza al 60–80% de lo que toleres sin aumentar el dolor más de 2/10 a las 24 h (regla del “eco”). Introducir isométricos de abducción/rotación externa y movilidad suave.
  • Educación: el dolor no siempre significa daño; buscamos una dosis que el tendón acepte para empezar a adaptarse.

En casos persistentes o con dolor que impide progresar, valoramos integrar técnicas específicas, siempre combinadas con ejercicio:

  • EPI (Electrólisis Percutánea Intratisular) guiada por ecografía: indicada en tendinopatías crónicas/degenerativas. Busca estimular la reorganización del tejido. Suele requerir 2–4 sesiones espaciadas y reposo relativo 24–48 h tras la aplicación.
  • Ondas de choque (focales): útiles en dolor recalcitrante o calcificaciones. Protocolos habituales de 3–5 sesiones semanales. Su objetivo es modular el dolor y facilitar la carga progresiva.
    Contraindicaciones y elección de técnica se valoran caso a caso por el fisioterapeuta colegiado.

Fase 2 — Recuperar fuerza (3–6 semanas)

  • Objetivo: recuperar fuerza del manguito y control escapular.
  • Estrategias: progresar a ejercicios con goma (rotación externa, scaption ligera), retracción/rotación ascendente escapular, elevaciones frontales con poco peso, trabajo de ritmo escápulo-humeral.
  • Carga: 2–3 sesiones/semana, 2–3 series de 10–15 repeticiones según tolerancia.

Fase 3 — Recuperar gestos por encima de la cabeza (6–10+ semanas)

  • Objetivo: reintegrar gestos por encima de la cabeza (tenis, pádel, natación, press militar) sin dolor limitante.
  • Estrategias: añadir planos diagonales, estabilidad (carga unipodal + elevaciones), tempo controlado y excéntricos.

Si tras 8–12 semanas de carga bien dosificada (con o sin EPI/ondas) no hay progreso clínicamente relevante, revaluamos diagnóstico y consensuamos siguientes pasos con el equipo médico.

En nuestra clínica solemos insistir en dos ideas que marcan la diferencia: consistencia y progresión cuantificable (mismo ejercicio, un poco más de rango, repeticiones o tensión cada 7–10 días). Sin esta métrica, es fácil quedarse “a medias”: menos dolor, pero el hombro sigue débil y cualquier carga lo irrita.

 

Errores frecuentes y cómo prevenir recaídas (ergonomía y deporte por encima de la cabeza)

Errores que vemos a menudo:

  • Reposo absoluto demasiado tiempo: al volver, el hombro está más sensible y débil.
  • Subir carga rápido (p. ej., pasar de 0 a series pesadas de press militar).
  • Técnica cerrada: hombro colapsado hacia delante, escápula sin rotación ascendente.
  • Ignorar el sueño: la falta de descanso amplifica el dolor.
  • Solo estirar sin fortalecer (o al revés).

Prevención en el día a día:

  • Pausas activas cada 45–60 min si trabajas a ordenador: 3–4 elevaciones suaves en estático + 5 respiraciones amplias.
  • Higiene del sueño: almohada que no hunda el hombro; si duermes de lado, coloca una pequeña toalla bajo el brazo para que quede en ligera abducción.
  • Técnica por encima de la cabeza: piensa “pecho alto, escápulas hacia arriba y afuera”, no hombros encogidos.
  • Progresión del volumen: regla 10–20% semanal en series o tensión de banda.

En nuestra experiencia en Madrid, quienes vuelven a pádel/tenis con una buena progresión de fuerza + control escapular y respetan las pausas, suelen mantenerse asintomáticos. Además, retomar primero gestos por debajo de la cabeza y luego sobrepasar 90º ayuda a sellar la mejora.

¿Cuándo derivar al traumatólogo y opciones médicas (infiltración/artroscopia)?

La gran mayoría mejora con tratamiento conservador. No obstante, planteamos derivación si:

  • Dolor de reposo/nocturno que no cede con un plan bien seguido de 6–8 semanas.
  • Pérdida de fuerza marcada o sospecha de rotura.
  • Historia de traumatismo con incapacidad funcional inmediata.
  • Dudas diagnósticas que requieran imagen.

Opciones médicas que pueden considerarse caso a caso:

  • Fármacos pautados por el médico para controlar dolor en fases agudas.
  • Infiltraciones en cuadros seleccionados que no permiten progresar con ejercicio (sopesando beneficios y riesgos).
  • Artroscopia cuando hay lesiones estructurales que lo justifican y tras agotar el manejo conservador.

Si tras un ciclo razonable de tratamiento activo y, cuando procede, EPI/ondas de choque, el dolor sigue limitando la función, planteamos opciones médicas como infiltración o valoración artroscópica.

Desde H3 Serrano mantenemos una comunicación clara: si el cuadro lo requiere, te explicamos por qué considerar estas opciones, qué esperar y cómo reintroducir ejercicio después, porque el trabajo activo sigue siendo el pilar para un resultado duradero.

Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Cuánto tarda en mejorar?
Con un plan constante, muchos casos notan cambios en 2–4 semanas y consolidan en 8–12. Depende de la carga, hábitos y constancia.

¿Puedo entrenar con dolor?
Sí, si es tolerable (≤3/10) y el “eco” no se dispara a las 24 h. Ajusta rango, carga o tempo.

¿Hielo o calor?
Lo que mejor te siente. El hielo puede aliviar picos; el calor ayuda a moverte. Ninguno sustituye el trabajo de carga progresiva.

¿Necesito siempre pruebas de imagen?
No. Se reservan para dudas diagnósticas, falta de progreso o sospecha de rotura significativa.

¿Press militar, natación o pádel?
Vuelve de forma gradual, empezando por rangos bajos y subiendo volumen/velocidad semana a semana. Si un gesto dispara el dolor, retrocede una fase.

Conclusión

La debes ver la tendinopatía del supraespinoso como un “se acabó”, sino como una oportunidad de reentrenar tu hombro. Conocer los síntomas, entender por qué aparece, dosificar la carga y seguir una progresión de ejercicios convierte el dolor en un proceso manejable. En Clínicas H3 Serrano nos apoyamos en educación clara, progresión cuantificable y seguimiento para que vuelvas a hacer lo que te gusta sin dolor.

Si vives en Madrid y te identificas con estos síntomas, estaremos encantados de ayudarte en Clínicas H3 Serrano, C/ Serrano 224. Primera visita con evaluación funcional y, si está indicado, ecografía para afinar el plan. Disponemos de EPI guiada y ondas de choque como apoyo cuando son necesarias (todo incluido en el precio de la sesión).

Reserva tu cita y trabajaremos contigo un plan por fases, medible y adaptado a tus objetivos (desde dormir mejor hasta volver a los gestos por encima de la cabeza sin miedo).